El proyecto fue concebido con la intención de convertirse en una parada obligatoria para los turistas que llegan a la ciudad, especialmente en las primeras horas de la mañana. La propuesta retoma elementos característicos de la arquitectura colonial de la ciudad, que se mezclan y se integran a un ambiente rodeado de naturaleza.
El diseño se basó en tres volúmenes que interactúan entre sí, creando un ambiente espacioso y versátil, permitiendo que el lugar funcione como un espacio receptivo para diferentes tipos de usos tanto en el interior como en el exterior. El uso de diferentes alturas y volúmenes proporciona una sensación de dinamismo y atractivo visual, además de aportar características que permiten una circulación de aire adecuada y controlan la entrada de luz solar directa, lo que contribuye a una experiencia agradable y eficiente energéticamente.
Además, se planteó la incorporación de una terraza en la parte posterior del edificio, rodeada de la vegetación natural existente. Esta área al aire libre ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar del entorno y relajarse en un ambiente tranquilo y natural.